La basura es algo conceptual, no material, y como tal se supera el superficial y
cortoplacista discurso de responsabilizar al estado, central o local, por la
basura en las calles ante el paro de los funcionarios públicos. Se trata de instalar la idea de la NO Basura, esto es, llevar el problema desde un
"qué hacer con la basura" hasta un "qué hacer para que no exista
basura". Es complejo y simple a la vez. Todo en la naturaleza, salvo el
humano, existe en procesos cíclicos, y por tanto infinitos. En cambio nosotros,
que nos relacionamos con la naturaleza como si fuera una despensa y basurero,
extraemos materias primas, procesamos, producimos, usamos y desechamos, y en
una manifestación de irresponsabilidad egoísta e ignorante, almacenamos nuestros
desechos, mezclados, hediondos, jugosos, tóxicos, no biodegradables, útiles. Y
cuando se llena el “hoyito” vertedero, lo tapamos y abrimos otro. Absurdo. La
idea nefasta de “externalidades” de la macro y microeconomía, se ha instalado
entre nuestras relaciones, al punto, de creer que el deber moral comunitario se
cumple con dejar las bolsas listas para que el camión de la basura las recoja
dos veces por semana. Y si esto no sucede, el culpable se llama presidente o
alcalde. Repito, absurdo.
Una mirada distinta, opuesta, y curiosamente hermosa y
poética, se encuentra en el Manifiesto a la Santa Mierda de Hundertwasser,
sobre el desecho biológico sólido (caca), este arquitecto-pintor opina “La mierda se convierte en tierra que se
posa sobre el tejado, se convierte en hierba, bosque y jardín, el círculo se
cierra, deja de haber deshechos (…) restablecer el ciclo artificialmente
interrumpido, de la mierda a la comida. Invertir el ciclo natural significa
atribuirle el valor espiritual del mito de la energía vital. De esta forma la
materia fecal espiritualizada adquiere el poder inmaterial de la energía
cósmica. Se convierte en el elemento constitutivo de nuestra resurrección… la
mierda es nuestra alma”.
Por todo lo anterior, llamo a revisar la responsabilidad
individual, el empoderamiento de la ciudadanía que sumando de un@ en un@ se dé
cuenta que la solución real, de fondo, no es tener recolectores de basura bien
remunerados que lleven nuestra basura lejos a hoyos no infinitos donde podamos
olvidarnos de su generación, existencia y daño (Morrompulli); la real solución es hacer
desaparecer la basura, no como objeto, cosa, sino como idea, noción.
Si en las calles hay montañas de basura o sacos de residuos perfectamente reciclables, reutilizables, reinsertables al metabolismo tecnocultural humano, depende de convicción + acción + sabiduría ecológica. Esta alquimia no cambia la estructura molecular de la materia que mal llamamos basura, sólo cambia su organización; es actitudinal y valórica, no material.
Si en las calles hay montañas de basura o sacos de residuos perfectamente reciclables, reutilizables, reinsertables al metabolismo tecnocultural humano, depende de convicción + acción + sabiduría ecológica. Esta alquimia no cambia la estructura molecular de la materia que mal llamamos basura, sólo cambia su organización; es actitudinal y valórica, no material.
Así se pasa de la Basura a la No Basura.
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