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lunes, 9 de mayo de 2011

Mi Dolor por el Baker, más fuerte que nunca

Por Otto Lührs (re-editado 9.mayo, día triste)

Habitualmente, al participar en clases de Educación Ambiental, Ecología, NDR, etc., le menciono a los alumnos lo fundamental que es el generar lazos afectivos entre el ser humano y su entorno, a través de vivencias significativas en espacios naturales, pues "se cuida lo querido, se quiere lo vivido” (anónimo)

Este principio lo experimento con particular fuerza con el Río Baker, cuyo caso con la construcción de hidroléctricas me afecta profundamente, dado el cariño que tengo por esa maravilla a raíz de un momento muy especial vivido en él.
Quiero compartir el fragmento de la Bitácora de mi ciclotur, febrero - marzo del 2002, entre Puerto Aysén y Villa O'Higgins, que refleja ese momento:

Día 7, Jueves 28/02/02 AVS :11 km/hr 55 kms.
del Lago Esmeralda al Refugio-mirador “Vagabundo”
Son las 22 :00 de la noche, y estoy en el refugio-mirador Vagabundo, dominando desde lo alto el valle del río Baker, en el sector donde nace el incipiente camino a Tortel. Este es un refugio-mirador construido por los milicos al final de la cuesta, y el lugar es simplemente de lo más hermoso que he visto en mi vida.
A quien lea esto, quizás yo mismo en un tiempo más, le pido que lo haga lento, dándole tiempo a la imaginación y al sentimiento de recrear, en la medida de lo posible, este momento.
El refugio es grande, de base octogonal, con forma de quincho sureño, de madera y con un gran pilar al centro. Tiene ventanales abiertos para el lado del valle y cubiertos con plásticos hacia el cerro, por donde ataca el viento. Bajando por un costado, hay un balcón junto a un gran árbol y por el otro lado, un sector de cocina con fogón, bancos, leña y carbón.
Al llegar, busqué donde las tablas del piso estaban más parejas, coloqué el cuerpo de la carpa entre dos bancas acostadas y encima mi colchoneta y saco. De ahí a la cocina, corbatas con salsa con carne de soya y pimienta... un té puro......mi mirada es limitada por una cadena de cumbres nevadas que se pierden en el horizonte, no muy lejano, a través del cual unas nubes extrañamente resplandecientes a esta hora de la noche, me anuncian la pronta aparición de la luna... entre mi refugio y esas montañas, corre raudo y bullicioso el río más caudaloso de Chile, es el Baker que como serpiente iluminada irrumpe entre la penumbra de la noche abriéndose paso, en recorrido zigzagueante, entre el bosque de coyhues que tapiza el valle. Como queriendo imitar al río, se dibuja sobre este una tenue niebla que pretende hacerme creer que este es un río que tiene su techo propio... algunas estrellas se atreven a asomar entre el cielo casi entero nublado, mientras una brisa me refresca por la espalda... y los sonidos, aquel vital componente de todo lugar que jamás podrá ser atrapado por foto alguna, se forma por el rugir potente y profundo del río Baker, por el río Vagabundo, que más pequeño, corre en vertiginosa carrera por el barranco junto al refugio y por un murmullo envolvente de ranas croando dando lugar a una sinfonía de esas que sólo la naturaleza es capaz de crear... estoy feliz, viviendo un momento mágico."


Hoy 9 de mayo, este texto escrito hace más de nueve años, me resulta desgarrador. Re-leerlo, re-publicarlo, ya no es un llamado a la esperanza, es más bien masoquismo, una catarsis de frustración. No hay cóctel más peligroso que el que resulta de mezclar el poder con la insensatez. Así lo demostró EEUU la semana pasada, así lo recuerda nuevamente el Establishment y su intervención en Patagonia.
Sólo dos reflexiones puedo hacer, insisto, más por catarsis que en afán de aportar algo:
1º ¿Sabe alguien de una estimación de la energía derrochada en Chile? ¿hay estudios, instrumentos, metodologías validada que nos permitan cuantificar cuál el consumo energético injustificado? Le hice esa consulta a un colega entendido en el área, y me respondió que no indagara con esa palabra, “energía derrochada” pues podía generar “anticuerpos”. Seguro, si ya todos saben que el negocio energético consiste en incrementar el consumo, y para ello, que mejor forma que aumentar la oferta.
Cada día miro mi entorno, barrio, trayecto, lugar de trabajo y veo derroche a destajo. Y me acuerdo de la noche del 28.feb.2002 sobre el Baker y pienso en quienes se perderán experiencias como esa por no ser capaces de frenar el derroche. Pero ya me pasé a la segunda reflexión.
2º Por si aún hay alguien que no lo sepa o no se haya dado cuenta, lo explico con manzanas: lo que decide el asunto no es si una comunidad X necesita más manzanas para ser felices; sino, si puede comer más manzanas para que el manzanero gane más dinero. ¿De verdad alguien cree que HidroAysén se aprueba porque Chile requiere de más energía? La verdad es que Chile tiene la capacidad de aumentar tanto su producción como su consumo energético, y en la lógica del Establishment, esto es deseable, pues sería un desperdicio de lucro el no aprovechar este potencial de consumo. Lo dice la máxima que desde el comercio gobierna el mundo: “Lo que se deja de ganar, es pérdida”.
Eso por ahora, hoy no estamos para claridades, consejos o propuestas.
Me voy a la Plaza