Por Otto Lührs
Esta simple y significativa máxima atribuida al filósofo griego Protágoras, utilizaba, según lo que el sentido común me sugiere, el término “hombre” de manera genérica, es decir, considerando a cualquier ser vivo que por características espirituales o genéticas, pueda ser catalogado como ser humano: anciano o niño, mujer o varón, rico o pobre, sano o con alguna discapacidad, caminante, ciclista o transportado por medio de motores.
Y siguiendo lo que el sentido común me sugiere, creo que la repartición u organización de los espacios públicos destinados a la movilidad de la población urbana, debiera seguir esta misma visión de hombre, integral, sin excluir a nadie.
Pero luego interpreto la visión de hombre, sostenida consiente o inconscientemente, por las autoridades que a través de la historia de nuestras ciudades han intervenido en la conformación de nuestros espacios públicos, y concluyo una triste y espero que modificable máxima: El hombre, en cuanto se transportA en auto, es la medida de todas las cosas.
A partir de esta reflexión, manifiesto que las luchas ciudadanas pro-ciclistas, abocadas solamente a conseguir ciclovías, se guían por una ambición extremadamente simplista, limítrofe. Es como conformarse con migajas, aceptar un “es lo que hay”.
La lucha es más profunda, es un cuestionamiento a la idea de “modernidad” que está imperando en la organización de nuestras ciudades, es rescatar ese estilo de ciudad más humana y amigable que tanto añoran nuestros abuelos, es valorar el caminar o pedalear como oportunidades cotidianas de encuentro espontáneo con las personas y el entorno, en resumen, es lograr que el hombre, en todas sus manifestaciones, sea la medida de organización de nuestra ciudad.
domingo, 7 de septiembre de 2008
El Hombre… ¿es la medida de todas las cosas?
Publicado por Otto Luhrs en 17:03
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